Llueve,
y llovió ayer,
y las predicciones anuncian que lloverá mañana.
Muerde,
y mordió ayer,
y las heridas me dicen que morderá mañana.
Duele,
y dolió ayer,
y la experiencia grita que dolerá mañana.
Pero aprende,
mi corazón aprende,
aunque recuerde que antes
no necesitaba paraguas.
4 comentarios:
Con ésta, definitivamente ¡¡te sales!! Me ha dejado boquiabierta. Y sin nada que poder decir...
Vaya, gracias =)
Estoy de acuerdo con Marta, genial, Vida!
A veces necesitamos mojarnos para darnos cuenta de la utilidad del paraguas.
A veces necesitamos que duela para confirmar que no somos de piedra.
A veces es mejor aprender a las malas que a las buenas. Uno se vuelve más vulnerable al aprendizaje forzado que al voluntario.
Muy buenas letras. Muy buen blog =) Seguiré pasando por aquí.
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