miércoles, 10 de diciembre de 2008

Cenicientos sin bus

Mueren las colillas en las paradas de autobuses,
abandonadas, inacabadas, lentamente,
tiradas sin tiempo para apagarlas u olvidar el roce de la última calada,
sin tiempo para borrarles el beso tirado, aquél que callaba,
quizás ahora imaginado sobre el asfalto.
Silencio tras las pisadas,
humo que se confunde con más humos,
no se sabe si peores, pero, al parecer, más intensos,
pero que al final sólo son eso,
aire negro,
y el asfalto,
mi cenicero.

1 comentario:

maria jesus dijo...

Las papeleras suelen tener cenicero y queda todo mas limpito