María se come el sol y lo devuelve en forma de sonrisa.
Vive como si fuera su último día de vida.
Se protege en su fuerte con globos acuosos y charcos como foso.
Guarda la mirada tras sus manos y solo mira cuando es necesario.
Busca monstruos bajo su cama y se conforma con las pelusas.
Tiene una colección de fotos del cielo para cuando la lluvia no le gusta.
Su pelo le da vida al viento y cuando canta por fin oigo el silencio.
Su medio de transporte son los sueños y me lleva en ellos de forma real.
Cambia el mundo, lo agita, lo acaricia, lo deshace, lo cura y a veces lo tira,
pero vuelve por si sigue con vida.
Vive como si fuera su último día de vida.
Se protege en su fuerte con globos acuosos y charcos como foso.
Guarda la mirada tras sus manos y solo mira cuando es necesario.
Busca monstruos bajo su cama y se conforma con las pelusas.
Tiene una colección de fotos del cielo para cuando la lluvia no le gusta.
Su pelo le da vida al viento y cuando canta por fin oigo el silencio.
Su medio de transporte son los sueños y me lleva en ellos de forma real.
Cambia el mundo, lo agita, lo acaricia, lo deshace, lo cura y a veces lo tira,
pero vuelve por si sigue con vida.
Siempre vuelve por si sigo con vida.
María es como un parking gratuito vacío.
Tus sueños duermen bajo su almohada y se despiertan en su ventana.
Las escaleras de sus entrañas desaparecen cuando le hablas.
Crees que la tienes, pero cuando te despistas, se escapa.
Por la noche busca en las estrellas animales y caras.
Nadie sabe si duerme y siempre anda descalza, pero en invierno nunca sale de la cama.
Se resguarda con mantas de lo que casi la mata.
Tus sueños duermen bajo su almohada y se despiertan en su ventana.
Las escaleras de sus entrañas desaparecen cuando le hablas.
Crees que la tienes, pero cuando te despistas, se escapa.
Por la noche busca en las estrellas animales y caras.
Nadie sabe si duerme y siempre anda descalza, pero en invierno nunca sale de la cama.
Se resguarda con mantas de lo que casi la mata.
María se fue el mes pasado en el tren de las cuatro alegando que Madrid estaba contaminado. Ahora manda oxígeno vía mensajes, pero no se entera que no es por los coches por lo que me asfixio al despertar.
Y no vuelve y no queda nadie en esta ciudad…
2 comentarios:
Vida, María tiene que estar tan encantada de tenerte como lo estas tu de tenerle a ella. Qué bonito lo que has escrito! Yo si fuera ella lo enmarcaría!
Me ha gustado tu blog!! te linkeo!
Yo también te linkeo! Saludos!
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