miércoles, 21 de noviembre de 2007

Marco se ha marchado

Marco no se ha marchado para no volver, se ha marchado para quedarse. Su presencia sigue inmutable entre las sábanas, en el lado izquierdo de la cama en la que se acostaba cuando pasaba las noches en mi corazón. Su voz sigue abrazando los sonidos cuando éstos se callan. Aún el reflejo de sus ojos me devuelve la mirada cuando le lloro al espejo. Sus pasos siguen dejando huellas en mi boca y sus besos se extienden por el suelo esperando para darme algo llamado consuelo, al que se le olvida pasar por casa en las noches de frío. Me sumerjo, cuento hasta cien, vuelvo a la realidad irreal. Qué duro es todo desde que Marco se marchó para profundizar su estancia en mí.

2 comentarios:

Juanan dijo...

¡Qué bueno lo de marcharse para quedarse!

María dijo...

jo... esas ausencias que se quedan duelen un poco eh?...

muy bien contado!. Me identifico con muchas cosas!